Márquez Muñoz, J. A. (2016), en su artículo La Cofradía de San Pascual de Almazán. Doscientos años de historia, describe la figura y fiesta del zarrón de la siguiente forma:
EL ZARRÓN
En toda cuadrilla de danzantes suele aparecer dentro del grupo la figura del “zarrón”, “zarragón”, “zamarrón” “bufón” “birria” “botarga” “bobo” o cualquier otra curiosa denominación. Se trata por lo general de personajes grotescos, vestidos de forma llamativa o estrafalaria, con una misión variada, ayudar a los danzantes, alejar los chicos, provocar a las gentes, causar hilaridad o mantener el orden. En Almazán adquieren un especial protagonismo y ejercen uno de los papeles preponderantes de la fiesta. El origen de estos personajes es remoto, y como señala José María Martínez Laseca, aparece recogido en el Diccionario del doctor Francisco del Rosal, fechado en 1601, como “figuras ridículas de enmascarados que acostumbra a ir detrás de las fiestas, procesiones o máscaras para detener y espantar la canalla enfadosa de muchachos que en semejantes fiestas inquietan y enfadan, y así, para más horror de éstos, las visten en hábitos y figuras de diablo…”(6).
Su difusión por los territorios castellanos es enorme, y su denominación varía de unas comarcas a otras. En la zona de Zamora distinguimos el “zangarrón” en Santoles y Montamarta; el “tafarrón” en Pozuelo de Tábara; los “carachos” en Riofrío de Aliste. Muy conocidos son también los “colachos” de Castrillo de Murcia (Burgos), y ya en Soria, por citar unos ejemplos los “bobos” de San Leonardo, el “zarragón” de Cidones, etc. En Almazán portan como arma de defensa la “zambomba”, que es un artilugio formado por tres partes unidas a lo largo: el garrote, la cuerda y la vejiga. Ésta es un saco de loneta relleno de lana bien prensada con tiras cosidas de refuerzo. Como el desarrollo de la tralla prolonga el brazo del zarrón, adquiere una longitud considerable, ganando en impulso, recorrido y velocidad, para barrer más superficie, llegar a puntos más alejados, y para que el golpe resulte recio, resonando en la espalda de algún mozo, o en el pavimento si se yerra la puntería.
(6) José María Martínez Laseca “El zarrón de Almazán”, incluido en el libro “De hoy en un... año. Ritos y tradiciones de Soria” de Luis Díaz Viana y José María Martínez Laseca. Soria, ediciones de la Excma. Diputación Provincial, 1.992, pág. 66.