El Diccionario de voces aragonesas (1884) recoge dicho término:
Corominas J, Pascual J. A. (1991) expone el término de zabalmedina o zalmedina de la siguiente forma:
ZABALMEDINA o ZALMEDINA, del hispano-ár. ṣâḥib al-madîna ‘jefe de policía’, compuesto de ṣâḥib ‘jefe’, ‘inspector, administrador’, y madîna ‘ciudad’.
1.ª doc.: chephalmedina, doc. de 1118 (Du C., s. v. zaval).
Otro ej. de la variante cefalmedina en el DHist. Podrá explicarse esta variante por la pronunciación de la -b final como f en el árabe vulgar de España (Steiger, Contrib., p. 109; Corominas, BDC XXIV, 69); sin embargo la -f- también podría ser transcripción del ḥ, y así sería variante del muy corriente çahalmedina, documentado por Du C. en 1165 y 1232: ahí se perdió la -b, según ocurría con la de bâb ‘puerta’ (vid. BARBACANA). Çahalmedina se contrae luego en çalmedina, que es la forma más extendida, que aparece en doc. de Alfonso el Batallador (1104-34), en las Costumbres de Barcelona y repetidamente en los Fueros de Aragón. Luego no hubo cambio de çaval- en çal-, como admite Neuvonen (pp. 128, 272), sino de çahal- en çal-. La forma çavalmedina también se encuentra, en doc. arag. de 1163, en los Fueros de Aragón, en las obras del obispo de Huesca Vidal de Canyelles (med. S. XIII). Se trata de una palabra propia esencialmente de Aragón, aunque alguna vez llegaría a emplearse en Castilla y en el Sur de Cataluña; fué muy usual hasta h. 1300, después parece haber sido sobre todo término histórico y tradicional. Falta en Aut., pero lo recogió en ediciones posteriores la Acad. como término aragonés antiguo. ṣâḥib al-madîna era la denominación popular en España para lo que se llamaba oficialmente ṣâḥib aš-šurṭa (zahbascorta en doc. cristiano de 998, Neuvonen, p. 80), vid. Dozy, Gloss., 367; Suppl. I, 819b. ṣâḥib era propiamente ‘compañero’ pero se aplicó especialmente a los compañeros del Profeta, que después de la muerte de Mahoma asumieron la dirección del Islam: de ahí que el vocablo tomase posteriormente el sentido de ‘gobernador, jefe’, que en la historia civil y religiosa de los musulmanes de Occidente acabó por aplicarse a inspectores, administradores y prefectos de diversas actividades.