Este término es sumamente interesante, lo recoge Steiger (1960) como albalbán:
Díaz-Marcos, M. y Solá-Portillo, S. (2023) en su excelente y exhaustivo trabajo sobre la entrada de este simple en Galeno en el libro VI del De simplicium medicamentorum facultatibus (s. II), desde una perspectiva filológica en dos de sus traducciones medievales: la árabe de Ḥunayn ibn Isḥāq (s. IX) y la latina de Gerardo de Cremona (s. XII), traducido como "grano de ben". Es conveniente su lectura para profundizar el este término, desde los puntos de vista filológico y terapéutico. Extraigo los primeros párrafos de su conclusión, de forma literal, del trabajo de estas autoras:
"El análisis de la descripción del grano de ben nos puede dar una idea de la complejidad que conlleva la edición y estudio de este tipo de tratados científicos, no solo por el contenido, sino por el léxico técnico empleado y las circunstancias sociolingüísticas en las que se llevaron a cabo sus traducciones árabe y latina.
A nivel de contenido, la descripción del grano de ben en estas dos versiones nos ofrece una imagen del estado de la medicina y la farmacología en la Edad Media, ya que se convirtieron en manuales de referencia durante ese período en Oriente y Occidente, respectivamente. Podemos extraer que este simple servía como tratamiento terapéutico o cosmético para curar diferentes tipos de enfermedades, sobre todo afecciones cutáneas (pecas, albarazos, sarna, prurito, lepra, cicatrices, etc. y todas las enfermedades que aparecen a partir de humores espesos, como afirma Galeno siguiendo la teoría de los cuatro humores), para ablandar el hígado y el bazo, para provocar el vómito o como laxante intestinal; que podía provocar efectos secundarios en algunos pacientes, como el vómito o la diarrea; que las propiedades que se le aplicaban en aquella época eran las de ser amargo, cortante, clarificador, constrictivo y astringente; y que se daba bebido con hidromiel o con vinagre y agua, o en forma de emplasto mezclado con harina de yero (Vicia ervilia (L.) Willd.) o de la raíz del lirio o azucena (Iris sp. / Lilium sp.).
Centrándonos más en aspectos traductológicos, la descripción que Gerardo de Cremona hace del grano de ben es, a primera vista, un calco del texto árabe de Ḥunayn. Este método de traducir de verbo ad verbum, es decir, siguiendo literalmente el orden establecido por las versiones árabes, era característico de algunas personalidades que participaron en el movimiento traductor del siglo XII de la ciudad de Toledo..."