Corriente Córdoba, F. (2003):
saurí (var. val. çahuarí) y zahorí (cs.), zaurín (ar.), zahoril (ext.), zahoriles (nav., pl.), zauril o zahurín (nav.) “persona a la que se atribuye la capacidad de descubrir agua, tesoros, etc.”: es voz relativamente tardía, de mediados del XIX en ct., de comienzos del XVII en cs., que puede derivar, como explica DS, del ár. zuharī “geomántico” (atributivo de azzuharah “Venus”, a cuyo influjo se atribuía por algunos este arte), como lo demostraría la pronunciación de los sefardíes de Marruecos con /z/, pero el hecho de que las grafías ant. de cs. y ct. sean siempre con >ç< hace pensar que, además de la metátesis, ha habido una importante contaminación con la raíz (sḥr) “hacer magia”: de hecho, Alcalá llama saḥḥár < cl. saḥḥār “brujo” a varios tipos de adivinos, no siendo difícil que en la larga época de uso no atestiguado de esta voz hubiera interferencias fonéticas entre el pl. and. saḥḥarín “encantadores”, zuharī, si realmente se usó esta voz en and., y hasta con el vocalismo del and. ṣáḥb assaúr “el que despierta a los musulmanes en ramadán para zahorar, o sea, hacer una colación antes de que amanezca y hayan de guardar ayuno”. La acepción zahuril “inquieto” (sal.) es evolución semántica. Der. intrarrom. cs.: zahoriar; ct.: saurina. V. zahara.
Cejador y Frauca, J. (1905):
Zahorí. II, 31, 117 he oydo dezir a mi señor que es zahori de las historias, contando. [«El que dice ver lo que está debajo de la tierra» (Cov.]
Etim. De زهري = zuharī, adj. de زهرة = zuhra = Lucifer, Venus, stella (R. Mart.), de زهر = zahara = brillar.
Propiamente significó servidor del planeta Venus, nombre dado á los geomancios por los astrólogos (Ab. Khaldun, Proleg. I, 209, Al-Birūnī).