Corriente Córdoba, F. (1996), en su estudio Hacia una revisión de los arabismos y otras voces con étimos del romance andalusí o lenguas medio-orientales en el DRAE, señala lo siguiente:
zaida: prob. < ár. and. sáyda <cl. sayyidah "señora" (1)
(1) Por ser ave de apariencia vistosa. Dicha forma del ár. and. está recogida por el Glosario de Leiden y defendida por una rima en el refranero de Azzaǧǧālī, // 1133 karḍí kúnna ya sáyda wakáš alisáṭáyn záyda "estamos como estábamos, señora, y además ahora con el culo al aire". Prob. no deriva, pues, del ár. ṣā'idah "la que pesca", porque eso lo hacen todas las zancudas, y porque "pescador" se dice normalmente en ár. ṣayyād, nombre de oficio. Sin embargo, el pt. alganaça < ár. and. alqannāṣa "la cazadora" podría apoyar dicha hipótesis.
Corominas J. (1984), expone lo siguiente, mencionado las etimologías dadas por Covarrubias y Dozy:
ZAIDA, ‘cierta ave zancuda parecida a la grulla’, del ár. ṣā'idah ‘pescadora’, derivado de ṣād ‘cazar’, ‘pescar’.
1.ª doc.: 1591, Percivale («çáyda or cruxía: a kinde of crane»).
Covarr.: «çayda, ave palustre, hermosa y gallarda». Aut. da una larga descripción atribuyéndole las virtudes de pudor y castidad que suelen darse como propias de la avutarda o avucasta. La etimología de Covarr., que lo identifica con el ár. sáyyida ‘señora’, no es aceptable fonéticamente, pues esta palabra se pronuncia vulgarmente séyyida (o séida, y aun más vulgarmente síde, como se ve por la forma del nombre del Cid). Como observó Dozy (Gloss., 362) el dicc. del árabe egipcio de Bocthor da ṣayyâd sámak (صيّاد سمك)como nombre de la garza, propiamente ‘pescador de peces’, y así supone Dozy que el cast. zaida, nombre de una ave muy semejante, venga de ṣâ'ida (صائدة), femenino de ṣâ'id, forma que también se emplea en el sentido de ‘pescador’. Efectivamente ambas son clásicas: la segunda es participio activo del verbo ṣád ‘cazar’ y ‘pescar’, la primera es el nombre de oficio correspondiente al mismo verbo. Aunque R. Martí y PAlc. sólo registran ṣayyâd (éste en el sentido de ‘cazador’, aquél también en el de ‘pescador’), es muy posible que una formación de tipo tan corriente como sâ'id se empleara también en España; por lo demás, también es concebible (aunque PAlc. no lo indique, pero se trata de una tendencia fonética general en el hispanoárabe) que vulgarmente se pronunciara ṣáyyed en lugar de ayyâd, lo cual nos conduciría al mismo resultado.
El profesor Asín Palacios, M. (1944) propone el arabismo Zaida del ár. ṣā'ida, pescadora.
El profesor Maíllo Salgado, F. (1991), en su libro Los arabismos del castellano en la Baja Edad Media, también recoge este étimo:
Reig-Ferrer, A. y Jiménez, J. (2015), en su exhaustivo y muy recomendado artículo Sobre el ornitónimo “zaida” y la presencia de la grulla damisela (Anthropoides virgo) en España, dicen respecto a su etimología y aparición en documentos de archivo tanto textos literarios como imágenes:
"Una de las aves del solar hispano más antiguas y más desconocidas es la grulla damisela (Anthropoides virgo). Extinguida de la península ibérica desde la década de los años veinte del siglo pasado, este ave ha recibido diversos vernáculos, desde el más primitivo y genuino de origen arábigo “çaida” (escrito, a veces, como caida, çayda, zaida, zayda, etc.), hasta otros más recientes como “señorita”, “garza de Mallorca”, “grulla de Numidia”, “grulla mora”, “grulla moruna”, o “rugidera”.
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El origen de la voz “çaida” en referencia a ave, nombre de procedencia arábiga con significado de señora, dama o princesa, se remonta al siglo XIV. La primera referencia castellana conocida de este antiguo vernáculo para la grulla damisela la encontramos en el Libro de la caza del infante D. Juan Manuel (1282-1348). En el capítulo VIII (Fabla commo usan cazar agora con los falcones despues que son afeitados) se dice: Et á cabo de un anno murió D. Anrique et hobo D. Johan un falcon que fuera suyo que dician Galvan, et era sardo, et este mataba bien la grua et á muchas caidas […]. Que un halcón matara muchas “çaidas” nos revela la posibilidad de que las grullas damiselas fueran aves frecuentes en las estepas herbáceas hispanas del siglo XIV.
...
[...] en otro manuscrito (datado entre 1570-1571), el Bestiario de D. Juan de Austria, atribuido a Martín de Villaverde (s. XVI) y que ya advertimos de ese enlace entre ave y texto hace unos pocos años (Reig-Ferrer, 2008: 92). Además de la figura de una zaida, aparece el siguiente pasaje: La zayda es ave de grandor y talle de la garza. Diferencia en la pluma y pico. La garza es de pico largo y pluma parda. La zayda es cenicienta, de color de grulla. La zayda, entre todas las demás aves, levanta la cabeça de más gentileza y hermosura que las otras. Es alcoholada de unas plumas blancas, delgadas. Tiene los ojos amarillos [sic]. Cría sola una vez en el año (y todas las demás aves sino es la paloma, que cría cada mes). Es ave doméstica. "