Corriente Córdoba, F. (2003), recoge este étimo en su Diccionario de arabismos y voces afines en iberorromance:
zafiro (cs., con las var. ant. gafir/les, gafias y caffy, y gl.), safir (ct.), safira (pt.) y zafir(a) (cs.) *corindón cristalizado azul”: aunque, al menos la forma acabada en >o< haya sido influida por el lt. sapphirus en el Siglo de Oro, como explica Coromines, deriva del and. ṣafír < cl. ṣafīr < gr. sáppheiros, que no deriva del hb., sino de otra lengua asiática aún no determinada (1). Es notorio que dicho etimólogo considera el ct. derivado del lt., sin pasar por el ár., lo que no es congruente con su propia posición con respecto al cs., y con el hecho de que incluso la var. ct. safí, retroformada del pl. safi(r)s, es instrumental para explicar las breves del cs. No es obviamente sino var. conservadora el pt. gafil “antiguo nombre de una gema”, que Machado increíblemente considera derivado del nombre de la ciudad marroquí de Safi, a causa, dice, de la grafía con >ç<, que es precisamente la que hay que esperar, a la luz de las correspondencias con el cs.).
Der. intrarrom. cs.: zafíreo y zafirina/o; ct.: safirí, safíric y safirina.
(1) Algunos diccionarios prestigiosos, como Vasmer 1996: III 556, mantienen para esta voz equivocadamente el étimo sáns. **śanipriya “amado de Saturno; zafiro”, lo que no es sino una etimología popular.